Es cierto que se parecen. Un barcelonista, Jorge Lorenzo, se siente identificado con Cristiano Ronaldo por su voluntad de trabajo constante. Los dos son rebeldes. Inconformistas. Se entrenan horas y horas periódicamente para alcanzar el éxito.
Al mallorquín le gusta ese carácter que tiene CR para salir a tope incluso en los entrenamientos. Le agrada ese futbolista que juega los amistosos como si le fuera la vida en ello. El secreto del portugués es que continúa divirtiéndose como cuando jugaba en su barrio, a las afueras de Funchal. Lucha por ganar el partidillo de cada día como hace quince años soñaba con ganar el partido de cada tarde, después del colegio.
Lorenzo es igual que el luso. No tuvo padrinos en el motociclismo. Su padre le dirigió con mano dura para alcanzar la gloria. Batalló siempre contra equipos de mayor poder, hasta ser fichado por ellos. Siempre sale a ganar, como Cristiano. Por eso dice que brindaría por ver a CR vestdo de azulgrana. Jorge deberá ser más Cristiano que nunca para remontar los 32 puntos de diferencia que le saca Stoner.
Tiene que pelear al máximo para sujetar ese número uno que porta con tanto merecimiento. Siempre corrió así. Es la hora de mantener esa estela que fraguó su carrera.